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Paridad en gubernaturas. El rompecabezas para 2024

La paridad de género es una expresión del principio de igualdad y no discriminación. Ganar espacios para que las mujeres participen en mayor medida en la política ha pasado de ser una simple facultad discrecional para los partidos políticos a una obligación consistente de postular paritariamente candidaturas a todos los cargos de elección popular.


De cara a las elecciones de 2024, partidos políticos y coaliciones deberán postular igual número de candidatas mujeres que de hombres, sin importar el cargo que busquen. Solo para la elección de la presidencia no existirá esta obligación, o por lo menos no según la información que tenemos hasta ahora. A través de las siguientes líneas explicaré cuál ha sido el camino a la paridad y cuáles son los posibles escenarios que tendremos.



Camino a la paridad


Desde hace más de 20 años el sistema electoral mexicano ha buscado que las mujeres tengan más espacios de participación en la vida política. Hemos transitado de las cuotas de género 70-30 y 60-40 a la paridad.


Para lograrlo la intervención de las autoridades electorales – INE y TEPJF – ha sido clave, pues, aunque las cuotas y la paridad se establecieron en ley, han sido los lineamientos y las sentencias los que han permitido que sea una realidad. Solo de esta forma se ha logrado combatir efectivamente las resistencias que ha puesto y siguen poniendo los partidos políticos.


El avance más reciente ha sido la paridad en gubernaturas. Hasta 2021 la paridad se exigía únicamente respecto de cargos para conformar órganos colegiados, ya fueran el legislativo o los cabildos municipales, pero a partir de las elecciones de ese año se extendió para las gubernaturas. Para dichas elecciones se renovaron 15 gubernaturas, por lo que el INE emitió un acuerdo que obligó a los partidos a postular candidaturas de manera paritaria, es decir, que de las 15 candidaturas a la gubernatura -ya fuera en lo individual o en coalición- al menos 7 fueran para mujeres.


El INE justificó la medida a partir de la reforma Paridad en Todo aprobada en 2019 y por la histórica desigualdad del género que hasta el momento había dejado en el país la elección de solo 9 gobernadoras:




La medida generó posiciones encontradas. Para algunos, el INE se extralimitaba en sus funciones; para otros, la medida se justificaba en la falta de espacios para que las mujeres llegaran a gobernar sus entidades.


El PAN y el Senado de la República impugnaron el acuerdo ante la Sala Superior del TEPJF. En una sesión confusa, donde la votación tomó casi una hora, la Sala Superior señaló que el INE había excedido su facultad reglamentaria al imponer medidas no previstas en la legislación, y por tanto, invadió la esfera de atribuciones del Congreso de la Unión y las legislaturas locales.


A pesar de ello, la Sala consideró que la ausencia de acciones para alcanzar la paridad en gubernaturas no puede tener como fin dejar de cumplir con la paridad de género como mandato constitucional, por lo que dado que: (i) era la primera vez que se realizaba un proceso electoral para elegir gubernaturas después de la reforma “Paridad en Todo”, y (ii) desde el reconocimiento del voto a las mujeres en 1953, se han electo 351 personas, de las cuales solo el 2% pertenecen al género femenino, era necesario dar vigencia al principio constitucional de paridad.


Al final, la Sala Superior resolvió que los partidos políticos debían postular 7 candidaturas de mujeres para las 15 elecciones de gubernaturas, cada partido definiría en qué entidades las postularía. La paridad en gubernaturas sería independiente de la existencia o no de coaliciones. Además, llamó a que tanto el Congreso de la Unión como las legislaturas locales regularan la postulación de candidaturas a la gubernatura en condiciones de paridad. A pesar de ello, en varios congresos locales este sigue siendo un tema pendiente.


El resultado de la paridad en gubernaturas en 2021 fue la elección de 6 gobernadoras.



En 2022 la fórmula se repitió para las 6 gubernaturas en pugna. A través de un acuerdo, el INE ordenó a los partidos que postularan 3 mujeres y 3 hombres en sus candidaturas a las gubernaturas. El resultado fue nuevamente exitoso: de las 6 gubernaturas en juego, en 2 se eligieron mujeres y en 4 hombres. Destaca Aguascalientes en donde todas las candidatas que participaron fueron mujeres.




La efectividad de la paridad en gubernaturas fue evidente. Las medidas adoptadas en 2021 y 2022 permitieron que casi se igualara en 2 procesos electorales el número de mujeres electas para la gubernatura en la historia del país. Es decir, lo que a 9 mujeres les había tomado lograr durante más de 40 años, a 8 mujeres les tomó 2 años.


Recientemente la Sala Superior definió en el SUP-RAP-220/2022 que para 2023 la paridad en gubernaturas seguirá lo establecido a lo que cada entidad federativa que ya haya legislado sobre el tema haya determinado. En el caso específico, tanto Coahuila como el Estado de México ya habían legislado en el tema, quedando esto como una obligación alternada para los partidos, de decir, si un partido postula hombres a la gubernatura en 2023, deberá postular mujeres en 2029. Por otro lado, la Sala determinó que para 2024 los partidos políticos tenían hasta 90 días antes del inicio del proceso electoral de dicho año para regular en sus estatutos las reglas para garantizar la paridad en la postulación de candidaturas a la gubernatura bajo criterios de competitividad.


Habrá que ver cómo aplican los partidos políticos la paridad en gubernaturas para 2023, pues a pesar de que ya habían regulado las entidades, la Sala Superior dejó abierta la puerta de las impugnaciones en caso de que se considere que derivado de los procesos de selección y el registro de candidaturas no se respeta el principio de paridad en la postulación de las candidaturas.



 

El rompecabezas para 2024 ¿Qué podemos esperar?


Para las elecciones de 2024 la paridad en gubernaturas será más compleja de atender, pues no solo serán 9 entidades las que renueven al Ejecutivo local, y que para entonces deberían haber legislado sobre el tema, sino que también será necesario atender a lo que cada partido político establezca en sus estatutos como criterios de competitividad para definir sus candidaturas. Estos criterios implican atender a la fuerza electoral de cada partido en cada entidad, es decir, las posibilidades que tengan de ganar la elección, a fin de que se postulen mujeres en lugares donde tengan posibilidades reales de ganar.


El criterio de competitividad para postular en paridad no es nuevo, se ha utilizado -al menos- desde 2015, tanto a nivel local como federal. Los parámetros de competitividad son definidos para la postulación de candidaturas a diputaciones, senadurias y ayuntamientos y los establece la autoridad electoral en función de la votación obtenida por cada partido político en la elección inmediata anterior.


Para atender la postulación paritaria, seguir lo que se regule a nivel local y observar criterios de competitividad se requerirá una verdadera ingeniería electoral, pues el rompecabezas que deberán armar será complejo, ya que también se tiene que tomar en cuenta los lugares donde vayan en coalición los partidos y en donde no. La complejidad para determinar en qué entidades se postulará mujer y en cuáles hombres será mayor, lo que hará que la definición de candidaturas a la gubernatura, incluyendo la jefatura de gobierno, requiera que los procesos internos de selección de candidaturas sean sumamente relevantes.


Por ejemplo, Morena, que en 2018 tuvo varios triunfos en entidades cuyo Ejecutivo local se renueva en 2024 y que actualmente encabeza las preferencias, tendrá un factor de competitividad alto en casi todas ellas, por lo que la definición de sus candidaturas será más compleja, especialmente considerando que su método de definición es por encuestas y que los tiempos del partido se adelantan a los de las autoridades electorales. En el caso del resto de los partidos de oposición la complejidad también será alta, no solo por los malos resultados que tuvieron en 2018 y el descalabro que han sufrido en las preferencias electorales, lo cual hará difícil medir la fuerza real que tienen en cada entidad, sino porque, además, como hemos visto en 2021 y 2022, la conformación de las coaliciones seguro será distinta en cada caso.


Las variables para la definición de candidaturas son muchas y los criterios de paridad que se seguirán en 2024 aún son inciertos. Lo que sí sabemos es que los partidos -desde ahora- saben que tendrán que postular en paridad las candidaturas a las gubernaturas y jefatura de gobierno de 2024. Deberán prepararse y asegurar que sus estatutos cumplan con lo que la ley mandata.


*Arturo Espinosa Silis es abogado electoral y director de la consultora Strategia Electoral y del Laboratorio Electoral.


El análisis y las conclusiones vertidas en este texto, así como su investigación y soporte teórico, son responsabilidad de la o el autor. El Microscopio Electoral del Laboratorio Electoral sirvió exclusivamente como plataforma de difusión.